miércoles, 12 de noviembre de 2014

Conos de flores para una boda

Desde que hace casi un año mi hermano y su novia Miriam nos dijeron que se casaban, sabía que algo tenía que maquinar para sorprenderles y aunque no sé si lo conseguí, por lo menos tengo claro que disfrute preparándoles la sorpresa.

Lo primero era la idea. Me acordé que en mi boda, mis tías y mi madre tuvieron la paciencia de recoger flores de buganvilla del jardín de casa de mi abuela para echárnoslas a la salida de la iglesia y me pareció que algo así podíamos hacer con ellos.

Busque ideas para que los invitados pudieran tener las flores en la mano mientras los recién casados se decidían a salir de la iglesia y encontré una idea genial: conos hechos con blondas de papel. Pero yo quería darles un toque personal, que sus nombres se vieren en esos conos. Como no podía imprimir ni escribir nada en ellos opte por pegatinas con sus nombres y la fecha del enlace. Un ligero tono rosa me pareció el ideal.

Aproveché las vacaciones de verano, que tengo más tiempo, y, a escondidas para que nadie supiera que hacía, preparé un molde de cono con una cartulina y después fui cogiendo blonda por blonda, dándole forme y pegando la etiqueta. El resultado quedo espectacular.

Pero los conos con las flores había que dejarlos en algún sitio. Lo mejor eran cajas de madera tipo las que se usan para transportar la fruta. Localicé un distribuidor que las hacia, me puse en contacto con él y me dijo que si iba a por ellas, me las regalaba. Después sólo tuve que darles una mano de imprimación y dos de pintura para conseguir el tono gris final.

No contenta con ello, quería que las cajas también estuvieran personalizadas con los nombres de los dos. Probé varias técnicas y, cuando ya estaba a punto de tirar la toalla, alguien me sugirió las pegatinas vinílicas. Se pueden encargar en muchas páginas de internet pero yo fui a una tienda de bricolaje donde me explicaron como utilizarlas. Encargue una para cada lado de cada caja y .... listo, ya tenía mis cajas con mis conos para las flores preparadas.

Ya sólo quedaba esperar a que la fecha del día D estuviera próxima para rematarlo todo y darles la sorpresa a su salida de la iglesia.



El día de la boda amaneció espectacular. Un sol maravilloso, una temperatura super agradable, a pesar de ser casi finales de octubre, y unas ganas de disfrutar el momento muy grandes. Los novios estaban radiantes; un poco nerviosos, pero es normal. Y a su salida de la iglesia no sólo les esperaban las flores de buganvilla del jardín de mi abuela sino también unas palomas blancas que una amiga de la novia soltó en ese momento.

Importante, mi abuela, que está muy mayor, no pudo venir a la boda porque vive a 600 kilometros de distancia y un viaje tan largo a los 97 años ..... Las flores de bugnavilla fueron una forma simbólica de que estuviera con nosotros. Ya le enseñaremos las fotos.

No sé si Miriam y Emilio lo disfrutaron pero a mí la idea me encantó.

Si os animáis a hacer algo por el estilo, ....

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