A la tia Ni le encanta hacernos su guarnición de tomates cherri para acompañar cualquier tipo de plato, especialmente carne.
Es una receta fácil y rica que sorprende y gusta a todo el mundo.
Antes de comenzar debemos comprobar que el tamaño de la sartén es el adecuado para la cantidad de tomates que vamos a preparar. Como regla general, dependiendo del tamaño de los tomates para unos 500 g de tomates, una sartén de 20 cm es suficiente.
Picamos una cebolla mediana, preferiblemente que sea dulce para que no enmascare el sabor de los tomates. Una vez picada, la ponemos a dorar en la sartén con un chorro de aceite de oliva.
Cuando la cebolla esté dorada y antes de que llegue a oscurecerse, vas poniendo los tomates con cuidado en la sartén para que quede una sola capa. Los espolvoreas con una pizca de sal y los dejas que se vayan cociendo a fuego lento para que no se rompan.
Los pinchas con un palillo de dientes redondo para que suelten el jugo y les das la vuelta. La tia Ni les da la vuelta de uno en uno para que no se rompan demasiado pero yo, no le dedico tanto tiempo y lo haga con una cuchara y mucho cuidado.
Cuando ves que alguno empieza a abrirse un poco, echas dos cucharadas soperas de azúcar y los dejas que sigan a fuego lento. Moviéndolos con cuidado de vez en cuando.
Un poco antes de que estén, les pones un chorro de vinagre de Módena y los dejas que cuezan en el vinagre un ratito.
Los tomates está listos cuando empieza a separarse la piel de alguno de ellos. Es entoncés el momento de ir poniendolos en una fuente con cuidado y pasarpor la batidora los restos de cebolla junto con el vinagre y el agua que han soltado los tomates y que ha quedado en la sartén. La salsa debe quedar homogenea antes de verterla sobre los tomates.
En el momento de ir a comerlos, lo ideal es calentarlos en la misma fuente en la que los vayas a sacar a la mesa en el microndas para evitar manipularlos mucho.
Espero que a te gusten.